El edema macular diabético (EMD) es una enfermedad ocular grave que puede afectar a las personas con diabetes (1; 2). El EMD pertenece a un grupo de enfermedades oculares diabéticas que no solo pueden causar graves daños en la vista, sino que también son la principal causa de ceguera en los adultos en edad laboral (de 20 a 65 años) en todo el mundo (3).
Las personas con diabetes que tienen niveles altos de azúcar en sangre (glucosa) durante un largo período de tiempo corren el riesgo de sufrir EMD (1; 4). Al principio, las concentraciones elevadas de glucosa dañan los vasos sanguíneos pequeños de la retina, un tejido sensible a la luz situado en la parte posterior de los ojos.
Los vasos sanguíneos dañados comienzan a sangrar y a filtrar líquido en el ojo. La acumulación de líquidos provoca hinchazón (conocida como edema) en una zona de la retina llamada mácula. La inflamación que se produce alrededor de la mácula se conoce como edema macular diabético o EMD.
Debido a que la mácula es responsable de la visión nítida y de la visión directa de los objetos (lo que se conoce como visión central), la inflamación de esta parte del ojo puede afectar a la capacidad para leer o ver caras con claridad (2). Algunos modos de vida y factores relacionados con la diabetes pueden aumentar el riesgo de desarrollar EMD (2; 5).
(Fig. 1) El EMD es una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo y que provoca problemas de visión y ceguera. En las siguientes imágenes se muestran las partes del ojo donde se produce el daño en el EMD
Aunque vivir con diabetes aumenta el riesgo de contraer enfermedades oculares, existen otras causas (llamadas factores de riesgo) que pueden incrementar el riesgo de padecer el EMD (5):
Es posible que los síntomas de las enfermedades oculares no sean evidentes durante las primeras etapas de la diabetes. Sin embargo, a medida que los vasos sanguíneos empiezan a tener filtraciones y los líquidos se acumulan con el tiempo en la mácula, la visión puede empeorar drásticamente (1).
A continuación, se enumeran algunos de los síntomas principales del EMD que afectan a la vista (1; 2):
(Fig 2) Los síntomas del EMD pueden afectar a la visión de diferentes maneras. En las siguientes imágenes se muestra cómo podría ver la misma imagen una persona con EMD
El EMD puede diagnosticarse durante alguna de las visitas periódicas de revisión ocular, que deberían ser una parte clave del cuidado de la diabetes. El médico le realizará diferentes pruebas para comprobar su visión (6; 7). A continuación, se presentan algunos ejemplos de posibles pruebas oculares:
(Fig 3) Dos ejemplos de los tipos de revisiones oculares que se pueden realizar
Si le han detectado cambios en la visión o en la retina, el médico le propondrá realizar pruebas de seguimiento (6). A continuación, se describen dos pruebas habituales que pueden proporcionar una imagen aún más clara de la retina y la gravedad de los cambios en el ojo. Los resultados de estas pruebas ayudan al oftalmólogo a diagnosticar si padece alguna enfermedad ocular diabética y pueden servir para encontrar el tratamiento más adecuado (6; 7):
Una vez que se le ha diagnosticado EMD, hay varias opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a detener o reducir la pérdida de la visión. En primer lugar, el médico intentará mejorar el control de la diabetes, lo que incluye los siguientes cambios en el modo de vida (1):
El médico también le sugerirá tratamientos farmacológicos para recuperar o detener la pérdida de visión, que pueden utilizarse por separado o en combinación. Estos tratamientos comprenden procedimientos que afectan directamente al ojo, como inyecciones e implantes; sin embargo, el oftalmólogo se asegurará de que los procedimientos sean indoloros para lo cual le anestesiará primero los ojos (6)
(Fig. 4) Las opciones terapéuticas para el EMD comprenden inyecciones de anti-VEGF, corticoesteroides (implante) y láser
Si tiene diabetes, es importante que acuda a revisiones periódicas para evaluar su vista y mantener un modo de vida saludable.